viernes, 18 de septiembre de 2015

Uróboro

Por: Gustavo Torres G.

Un bajo y una batería sonando. Loop divino, agresivo, sensual. El synth esporádico tras el rock crudo casi me eriza la piel. Tres notas más y no podré seguir caminando, el espíritu casi revienta mis sentidos. Ya no me importan las miradas, mi trayecto está hecho, el contoneo seguirá ofendiendo a todos, pero la música no parará, y mi cuerpo tampoco.
Estos lentes tras el aparador son lo único que desviarán mi destino, y no por mucho tiempo… ¡Auuuuuuh! Va a ser complicado dejar de enamorarse de mí. Este ritmo es infernal. Es hermoso. ¡Es rock! Y soy suyo, y nada lo va a evitar. Esa vieja loca de las flores me grita algo, enfurecida, pero no sé qué es lo que dice. Me da risa. La amo.

Soy el extranjero autoexiliado; entre botas de pitón y sombreros de vinyl colorado, mi piel curtida resiste los gargajos de la multitud. ¡Ridículo! ¡Mamón! Son pétalos de rosa que se cuelan entre las bocinas y mis oídos, que siguen besándose a cuatro tiempos, los mismos que hay dentro de mi pecho, potente y rebosante ¡Cuanta vida por consumir!

Mientras la noche cae, todo se vuelve más claro, ya no veo los cuerpos sobre la banqueta, ni los camiones, ni los primores a cuatro ruedas, sólo es mi música y yo. Ella me dice “te amo” y le creo, sé que no me traicionará, su résped sagrada ya me ha recorrido; el orgulloso imbécil no se puede resistir ante esta diosa de siete brazos, que los usa para moverme entre el púrpura real y la más oscura de las verdades, que me ha llevado a aquel plácido campo de frutillas de mermelada y me ha traído a bordo de un camión de fibra melancólica hecho cerca de Buenos Aires.

Estoy poseído, pero esto ya no tiene sentido, ni mis brazos, ni mis piernas, ni mis lentes de 29.90 son capaces de contener esto que es pura energía, soy yo, pero soy todo lo demás, y ya no soy nada. 
Me da miedo, pero me excita, porque no he parado de vibrar, porque ya soy uno con mi hermosa sacra, y viviré para siempre, mientras haya tiempo y alguien con ganas de escuchar.



-Para un Abril que eterniza las primaveras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cuéntame, ¿Qué opinas de esta lectura?

Comala en Streaming: comentarios sobre la adaptación de Rulfo al cine digital

 Por: Gustavo Torres Gómez Es como el duelo: se parte de la negación, hay broncas internas qué solucionar, cierta negociación, la consabida...